Dios es siempre otra cosa



J.L. Trullo (ed.). Las cosas que no son. Los aforistas y Dios. Libros al Albur, Sevilla, 2018.

“Dios es la respuesta” parece ser uno de los clichés más socorridos del dogma cristiano. Según cierta doxa, sólo en Dios se halla el camino para librar los obstáculos que nos presenta la vida. Es innegable que dicha figura ha resultado para muchos un consuelo, un soporte, una salida, pero también ha sido, y no para pocos, una serie de dudas, angustias y zozobras; una interrogante crucial en la historia personal de muchos individuos.

En Las cosas que no son. Los aforistas y Dios (2018) se reúnen aforismos de ocho pensadores españoles que indagan desde el presente la figura de Dios, así como el significado intrínseco que éste adquiere en nuestra existencia. En el prólogo, José Luis Trullo recuerda que lo sagrado ha sido una de las instancias que ha acompañado al hombre desde sus orígenes y cuya inquietud, aún vigente, ha motivado el compendio. El aforista y estudioso del género emprende un recorrido sucinto por la historia del aforismo en el que destaca la tematización del creador. A decir de Trullo, Dios, su simbolismo y su entendimiento permean buena parte de la aforística moderna y aun contemporánea.

Para los aforistas que integran esta antología, Dios no es exactamente una “respuesta”. O lo es, pero no en el sentido tradicional. Gregorio Luri, por ejemplo, afirma: “Dios es la respuesta a todas las preguntas que no podemos arrancar de nosotros porque no las sabemos formular”. Su presencia no soluciona; aluza a veces, y acaso complementa. Definir dicha entidad es una de las constantes en el libro, quizás porque el aforismo es en sí un horizonte, una línea que intenta delimitar el tema tratado. Jesús Cotta aporta su propia definición: “Dios no creó el amor. Es el amor”. La elucubración personal, subjetiva, busca resignificar el sentido del término. Para Juan Kruz Igerabide, por ejemplo, “Tu dios es tan poderoso que no le hace falta que creas en él”.

En Las cosas que no son los aforistas incluidos dialogan, desde su intimidad, con las creencias y las dubitaciones que giran en torno a la imagen de Dios. No se trata de una loa a la figura del creador, pero sí de un libro religioso en el sentido etimológico de la palabra: “re-ligare”, volver a unir, resarcir el vínculo fracturado o ya perdido con lo divino. En este sentido resultan reveladores aquellos aforismo que indagan de una forma tangencial, sin aludir directamente a Dios o a lo sagrado, pero implicándolos a partir de la sugerencia, de la insinuación. Felix Trull es acaso uno de los más avezados en esto: “Los ateos son vagabundos por vocación, pero viven en un mundo tan pequeño que se encoge con cada paso que dan”. Ander Mayora, asimismo, inquiere con una destreza que no necesita mencionar o aludir explícitamente aquello que cuestiona: “Vivimos en la certeza del tiempo y en la sospecha de la eternidad”.

Las reflexiones sobre Dios o sobre lo sagrado no han perdido vigor, y prueba de ello es esta antología. Quienes deciden investigar su esencia no esperan que sus inquietudes se vean disipadas, acaso porque intuyen, como escribió Francisco León Gonzalez, aforista mexicano, que “Dios no es una respuesta, es una pregunta”. Acercarse a él desde la inteligencia y la intimidad, desde el pensamiento y la sensibilidad abre un abanico de posibilidades inagotables, pues, como siguiere Gabriel Insausti, otro de los aforistas incluidos: “Dios es siempre otra cosa”.

Hiram Barrios



DE LO ESPIRITUAL EN EL ARTE

Queremos inaugurar esta revista cuatrimestral con un monográfico sobre lo espiritual en el arte, entendiendo por espiritual aquella faceta de lo humano que no es meramente corporal o sensitiva y que puede conectar con Dios. Ahora que lo espiritual se asocia más bien a un supermercado de la Nueva Era en un universo cerrado e inmanente con olor a sándalo y sonido de platillos indios, mostramos aquí a quienes desde la pintura, la poesía, la filosofía, la música, el cine, etc., conciben más bien un universo que no huele a cerrado sino que se abre a la trascendencia. En vez de la esfera, la cruz. 





Francisco Lorca

Hiram Barrios

Victoria Cirlot

Jesús Cotta

José Jiménez Lozano
Ángel Justo Estebaranz

Antonio Barnés