Los poetas y lo humano




He aquí, querido lector, el contrapunto poético a la reflexión que en los artículos de este tercer monográfico de Numen se hace acerca del valor y del significado de lo humano.

Si con los artículos, entrevistas, aforismos y reflexiones de este monográfico hemos querido mostrar diferentes perspectivas que ayuden a rehabilitar al hombre y devolverle la confianza en la grandeza única de su naturaleza, para encontrar con ellos un posible punto de encuentro en nuestra propuesta de rehumanismo, estos poemas fueron escritos porque la grandeza misma del hombre los inspiró, sin otro propósito. Un poema, si es bueno, no nace para algo: más bien, algo nace con él. 

Gracias a la generosidad de tantos poetas buenos, Numen puede ofrecer aquí un ramillete de buenos poemas con una sola nota común: la luz que brota de lo más fino y sublime del ser humano, o sea, su capacidad para trascenderse y su capacidad para el amor, la compasión y la magnanimidad.

Bienvenidos a esta república de poetas que cantan al hombre con palabras tan dignas como él.


CAMBIAN LOS TIEMPOS

Cambian los tiempos, cambian los señores;
los que no cambian son los siervos.
Es tan fácil servir, cambiar de cara,
bailar al son que tocan los más fuertes,
ponerse al frente del rebaño
y hacer como que se le guía…
Es tan fácil pasar por la prueba iniciática
de asestar al cadáver del pasado,
inofensivo ya, la ritual puñalada…
Vender lo que está en venta,
hacerse perdonar lo que nunca se hizo,
decir que se ha ganado en buena lid
lo que se debe a la piedad ajena…
Así serán los hombres cada vez más iguales,
cada vez menos libres.
Un terror solapado torcerá las miradas,
Y la mentira, con sus patas cortas,
irá de puerta en puerta poniéndonos en guardia
contra todos los hombres que aún caminan erguidos.

   Aquilino Duque


EL CAMINO MÁS CORTO                                           

Pero por más que tire la vida hacia uno mismo,
nadie debiera nunca perderse la experiencia
de darse a otra persona, ¡de verdad!, vale tanto
como haber descubierto el sentido profundo
que guarda cuanto somos y hacemos con la vida;
o, dicho de otro modo, vivir esa experiencia
de darse a otra persona es, sin lugar a dudas,
el camino más corto para alcanzar la dicha.

—Si lo sabré, que todo lo que soy se lo debo
a mi gente más próxima, a quienes tengo en cuenta,
a cuantos me levantan de la cama a sentirme
acompañado y único,
y se llevan de mí su hogaza de cariño.

   Carmelo Guillén Acosta


CON UN PALO

Le dieron con un palo, fuerte, duro.
Y él no volvió la cara.
Le escupieron la frente, la boca, la nariz.
Los salivazos se volvieron rojos con la sangre
y él no cerró los ojos, para verme.
Tenía rota la cara, amoratados los dos ojos,
pero aún podía verme.
Yo levanté la mano y le di fuerte
y escuché que los otros se reían.
-Dime quién te ha pegado,
quién soy, quién soy, le repetía.
Y esa risa y su sangre eran mi orgullo.
Y no cerró los ojos. Y sabe quién soy yo.
Dijo entonces mi nombre, José Julio,
con un montón de estrellas que se caen
como pavesas vivas por sanarme.

   José Julio Cabanillas


A VECES...

A veces, algunos días,
Dios viene en forma de rostros
y anda por este hospital.

Es frágil, y en cada enfermo
encuentra un templo viviente
donde habitar.

   José Mateos


AMOR INDESTRUCTIBLE

No es tan débil tu amor como parece.
Se resquebraja a veces, se cuartea,
pero nunca se rompe. Es un amor
virtual, una apariencia, un espejismo,
un embeleco, una ilusión, el sueño
de una sombra, un delirio, una quimera.
Pero resiste la presión del odio,
y perdona, y olvida, como olvida
y perdona a la noche la mañana.

   Luis Alberto de Cuenca


CÁNTICO DE LAS COSAS

Nos van dando lecciones. Son objetos,
no sé qué, trastos, bultos, no sé… cosas.
Y, sin embargo, saben ser sí mismas
pasando de patrañas filosóficas.

Una verdad palpable, una apacible
hermosura modesta y generosa:
y una probada probidad: profesas
franciscanas sujetas a sus normas.

Nos van dando lecciones de humildad
las virtudes humanas de las cosas.

   Enrique García-Máiquez


MICAELA

La Micaela se dejaba
tocar los pechos
por un bocado de pan,
por un trozo retal de bocadillo
que se comía mirándonos.
Bendita Micaela de mi infancia,
la de rodillas sucias y pezones de bolindre,
Micaela dorada,
la de ojos de luz cuando no había,
la de pestañas negras
como el destino de las canciones
en las cocinas turbias de sopa y vino.
Siempre el mismo vestidito de invierno
sobre los hombros delgados, sobre su cuerpo
liviano que olía a la lumbre.
Por un bocado de pan
nos prestaba los pechos, nos quemaba los dedos
con pezones de fiebre;
nos mostraba a escondidas
la rociada flor de su vergüenza.
Bendita Micaela de mi infancia
que ya no me conoce,
Micaela, la de los besos felices,
la de la carne flamante,
esta tarde en el supermercado
con una cesta roja de yogur y Pepsicola,
el pelo quemado de caoba falsa,
los pechos blandos, guardados y vacíos,
caminando a pasitos con sus deportivas blancas
y un chándal del Madrid
comprado en el mercadillo.

   Juan José Vélez Otero


CREDO

Donde pones poder, yo pongo olvido
(olvidar es mejor que desearlo todo),
y frente a tu ambición, pongo mi mano
dispuesta a compartir lo poco que tenemos.

Cuando pongas dolor, yo pondré besos,
y secaré las lágrimas de todos tus heridos,
y cuando el sol te hiera en la conciencia,
yo te daré mi mano, como a todos.

Y pondré sólo amor, y trabajo, y espera.
Quiero creer que siempre nos sobra la esperanza.
Y frente a tu ambición pondré mi mano
dispuesta a compartir, junto al olvido, todo.

   Juan Andivia


LOS ABUELOS MUERTOS

¿Ves esos colosos
Con músculos de río
Y piernas de titanio?
Son los abuelos que ya han muerto.

Torres de leonadas melenas,
Risas de trueno
y barbas esponjadas.

Pisan la tierra
y cae de los cedros el rocío.
Bailan al son de las galaxias
Y Virgo les da fruta de su cesta.
Leo menea el rabo.

Con metales azules
esculpen en la piedra
Pórticos de la Gloria.
En planetas sin nombre alzan pirámides
Y en libros aún no escritos
Cruzan a machetazos los manglares.

Bolas de mago son sus gotas de sudor.
De Manila a los Ángeles rescatan
Botellas con mensajes
y centauros perdidos.
Luego beben en copas de topacio
La lluvia resbalada de los robles.
Mira cómo levanta ese un peñón
Para que puedan circular las nubes.

Son los abuelos muertos que han venido
A pisar las cabezas
De todos los demonios.

   Jesús Cotta


EXCELENCIA

Y ahora que has decidido rodearte de sabios,
dejar de perder tiempo con las gentes
que tan sólo sabemos lo que vemos,
lo que nos cuentan otros
o todo lo que hemos estudiado
con tan vulgar esfuerzo;
ahora que vas directo al hueso duro
desde el que nacen todos los problemas
y conoces a algunos que han probado
una tarde cualquiera
la pulpa que se esconde en este mundo
y da sabor a todas las comidas,
¿dejarás al común de los mortales,
incluso a tus amigos más sinceros,
mancharse en este fango del que tú ya has salido?
¿Dirás adiós al mundo
el día que conozcas su secreto?
¿Es la verdad tan cruel
como tú mismo?

   Carlos Javier Morales


LUGAR 

Fuera queda el universo inmenso
con sus agujeros negros y sus líneas rojas
y esa armonía preestablecida, tan parecida al caos.

Dentro están mis vísceras innobles,
el laberinto de las venas y toda esa masa
de materia orgánica que, piadosamente,
la piel esconde a los cobardes ojos.

Y en medio, yo,
es decir, un hombre,
es decir, un hambre
extraña y sin lugar.

   Tomás Salas


EN EL SIGLO XVIII UN JOVEN MONJE FABRICA 
UNA RECETA EN LA FARMACIA DEL CONVENTO

(Virtudes teologales)

Un monje en la farmacia
pone en sus manos la sabiduría
en estado de gracia,
por la cura que ansía
une su fe a la ciencia en la porfía.

Le toca la esperanza
la piel del alma y la de los sentidos
y su razón avanza
remedios presentidos
con los pasos exactos, decididos.

Serenamente extiende
hierbas, palabras y formulaciones,
su caridad entiende
de humanas aflicciones
aunando precisión con oraciones.

Por amor a lo humano,
al otro que como él ama y se entrega,
por amor al hermano
a lo divino ruega
que su labor sea don que a todos llega.

Con Dios en la botica
el tiempo se hace alegre en su costado,
con el amor salpica
lo medido y contado
y la luz no se aleja de su lado.

   Beatriz Villacañas


MUDANZA

Vivir para restarle a la mirada
la antigua pesadumbre de los párpados
es tan sólo un retazo de quietud.
Me detengo en la tierra enlagrimada
que en otro tiempo fuera paraíso,
-alfaguara del alma y de tus dones-,
y piso con nostalgia los rescoldos
de la arena, la magia desnudada
de tantas caracolas, la fugaz
mudanza de los rostros de las olas.
Compongo mi figura una vez más
y perfilo mi voz, mi sed, mi sangre,
y me disuelvo en la misericordia
dorada de los mágicos crepúsculos.
Enmarañado en los destellos lábiles
del vértigo infinito de este aliento
que abriga el corazón y mi memoria,
suelto ahora la noche de mis manos
y creo contemplar toda la paz
del mar desde la playa de tus ojos.

   Jorge de Arco


GRANDES ALMACENES 

Puede que estuvieran allí
sólo por recrear su juventud, pensando qué se hicieron
de sus ropas chapadas,
de las prendas de abrigo con que se desnudaban
cuando era el deseo, cuando era el amor.

Lo cierto es que allí estaban. Cogidos de la mano,
arrastrando los pies,
torcidos por el peso de los años
como están los olivos, y sin dejar de andar,
con frecuentes paradas para algún comentario
que aprovechaba ella para amoldar a la huesuda espalda
de él un chaquetón color de mucho tiempo.

Ignoro qué buscaban y si buscaban algo,
pero era un gusto verlos, sus cuerpos derruidos
paseando su hermosura entre los maniquíes,
paseando su amor entre los precios.

Al final se marcharon, escaleras mecánicas abajo,
sin comprar,
y mientras los veía perderse hacia lo hondo,
camino de la calle,
comprendí que el amor es eso, así de simple:
no necesitar nada que no sea estar juntos,
abrigarse del tiempo,
y como los olivos dar frutos luminosos.

   Pedro Sevilla


NO QUISIMOS...

No quisimos añadir tristeza
a tu nombre.
Fue el tiempo, su marea
de cosas buenas y cosas,
la nostalgia de antes de nacer,
fueron
las llamas, las almendras
amargas, la carcoma
de los días
pasados...
La lluvia goteando
por el flequillo de tu alma.

   Francisco Gallardo


ACABA EL DIARIO DEL CAPITÁN SCOTT

(29 de marzo)

Caminamos por el cráneo de la tierra con los huesos astillados por el frío, exhaustos, moribundos. Al Sur exacto de la desolación, una bandera nórdica trepana los hielos despoblados del fracaso, las mudas soledades de la Ántartida, donde ruge lejana la jauría de Admundsen, los colmillos triunfadores de la escarcha que se clavan en la escuálida carne del insomnio. Afuera brama un huracán de nieve, pero somos Oficiales del Imperio y habremos de llegar a Cabo Evans y completar nuestra misión científica. En el centro del mundo no había nada, al Sur del mundo no había nada, al final del mundo la cruz de los noruegos. ¿Cuándo se fueron los colores, todo lo que fue tibieza y cuerpo, lo que sangró por dentro hasta llegar a este abismo inmenso de blancura? Pero somos Caballeros de Inglaterra y seguimos tomando muestras minerales, haciendo mediciones, calibrando el esqueleto congelado del planeta: espinazos de cíclope y cristales helados. Evans, el más fuerte de nosotros, se despeñó por el glaciar de Beardmore y el Capitán Oates, con los pies y las manos gangrenados, se perdió solitario en la ventisca, camino del supremo sacrificio (“sólo voy a salir un rato”). ¿A quién conceden los dioses la fortuna de mirar a la muerte cara a cara? Asumimos los riesgos y perdimos, la Naturaleza, salvaje, nos aplasta, pero somos la civilización en el desierto, nos queda la Palabra, que nuestra historia no perezca en el olvido. ¡Por el amor de Dios, cuiden de nuestras familias!

   José María Jurado



3
REHUMANISMO

Desde Numen queremos reivindicar, con humildad y con orgullo, la belleza de un concepto, el de rehumanismo, que conduce no solo a la libertad y la igualdad de todos los miembros de nuestra especie, sino sobre todo a la fraternidad. Esta es la cumbre de las otras dos, porque si el amor al hermano no es libre no es amor y si el hermano no es igual a mí no es hermano. Igual que a los romanos les cautivó no el mensaje de los cristianos sino el amor que dispensaban, el mayor atractivo de este rehumanismo es su canto a la belleza y excepcionalidad de este hombre que Homero cantó y Cristo declaró más valioso que todos los lirios y pájaros del campo, para salvarlo no solo de la ignorancia y la oscuridad, sino sobre todo del desamor. Reunimos un conjunto de textos, de diversa vocación y naturaleza, con un ánimo común: el de invitar a reinventar el valor de lo humano a través del amor.


Jesús Cotta

John N. Stephens

Armando Pego: 

Jacinto Choza

Ander Mayora

José María Jurado


Manuel Neila: 

Antonio Pele

Emilio López Medina

José Julio Cabanillas







2
PRESENTE Y FUTUROS DE LA TRADICIÓN

La naturaleza humana consiste en una vida dotada de logos o en un logos dotado de vida. La tradición tiene mucho que ver con ella: nos transmite como algo precioso el modo cultural en que los que nos han hecho posibles han ido desplegando antes de nosotros esa naturaleza híbrida tan única en el cosmos. Sin embargo, con el progresivo desarrollo de la Ilustración, los grandes referentes tradicionales (religión, tradición y naturaleza) han sido sustituidas por los de ciencia, progreso y autonomía individual: las trillizas de la razón frente las trillizas del miedo, lo irracional, la neofobia. En el presente monográfico hacemos balance de las consecuencias del abandono de la tradición y de su necesaria reevaluación como pauta de diálogo entre generaciones.


Jesús Cotta

Raimon Arola

José Luis Trullo

Miguel d'Ors

José Julio Cabanillas
Antonio Rivero Taravillo:

Javier Recas






1
DE LO ESPIRITUAL EN EL ARTE

Incluimos tanto textos y entrevistas de reflexión general, acerca de la mística y la racionalidad, del espacio que ocupa el cristianismo en la sociedad moderna, de cómo la herencia clásica grecorromana se proyectó hacia el modelo de hombre cristiano, del modo en que el arte acoge lo espiritual en nuestros días, o de la capacidad de la música para abrirse a la trascendencia; como desarrollos de aspectos más concretos, caso del modo en que Dios ha sido abordado por la poesía y el aforismo, o los tratamientos particulares de la temática religiosa en algunos autores (Borges, Ibáñez Langlois).


Francisco Lorca
Hiram Barrios

Victoria Cirlot

Jesús Cotta

José Jiménez Lozano
Ángel Justo Estebaranz

Antonio Barnés